Desde el camino conocía las torres de Sibirana y hace tiempo las llevé a mi :: página ::, pero no había llegado a sus pies como hoy, y he quedado admirado de esa arriesgada obra de carácter militar o vigilancia, sobre el inaccesible gran peñasco que las mantiene y del ingenio que emplearían para construirlo. La verdad que, ni pienso cómo se puede subir y no me acerco más a ellas.
Estoy viendo las ruinas de la iglesia de Santa Quitéria, que esta enfrente, hacia el norte de las torres y de esa visita no me privo.
Llego a ella y, la verdad, que descorazona encontrar tanto abandono en una iglesia románica, en un lugar privilegiado como es Sibirana, rodeado de frondosidad a una Altitud de 858 m, 42 26 06.26 N 1 01 52.92 W y perteneciente a Uncastillo, esa villa que alberga y potencia el románico desde la «Fundación Uncastillo» y que con ahínco, viene trabajando y mejorando su importante Patrimonio Medieval y Románico.
Confiemos que un día, no lejano, le llegue a Santa Quitéria, ser recuperado.
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