El viejo Molino de Viento de Tauste que también lo hicieron Ermita
Piedras del Molino de Sariñena
El «rulo de la playa de la remolacha en la estación del tren».
Me indicaron el lugar donde se hallaba la mencionada ermita. En el parque del mismo nombre, Santa Bárbara y allí, rodeado de pinos carrasco, cipreses, plataneros y hasta palmeras con otras ornamentales, se encuentra lo que en un periodo de tiempo determinado, a partir de 1783, sería ermita dedicada a esta Santa; pero lo que en realidad ha sido esta edificación ha sido un Molino de viento en un lugar privilegiado, junto a la villa de Tauste, en un promontorio acariciado por todos los vientos, y especialmente el cierzo.
Por la proximidad a la población es muy visitado, especialmente en estos días tan calurosos del verano, donde una suave brisa la hace más agradable, al refrescarla el agua de los aspersores que riegan el parque.
Entre los visitantes en esta mañana, acompañado de sus perros de caza, me encuentro a Marino García «Gorra», que lleva con paciencia las dolencias de un accidente de trabajo.
Me comenta, que muy próximo al lugar hubo un cementerio y, al preguntarle por las piedras de molino que adornan el lugar, me aclara, que proceden del «Molino de Sariñena» y el «rulo» o «molón» que adorna un jardín, era el mismo que apisonaba la tierra que traía la remolacha de los campos, cuando se descargaba en la «playa de la estación» y se cargaba en el ferrocarril «Sádaba -Gallur» desaparecido en 1970.
Como puede verse, hay grandes piedras procedentes de la Bardena y varios los recuerdos traídos a este hermoso parque de Santa Bárbara y , que como pieza central, posee ese viejo molino de viento construido con piedras de yeso y mampostería y, que sin duda, estaría mejor sin esa capa de mortero, que ha cubierto parte de su contorno.
Tengo ocasión de adjuntar una vieja fotografía de la ermita de Sta. Bárbara, cuando aún existía junto a ella, una edificación de nichos que guardaba los restos óseos de un viejo cementerio en aquel lugar.
Una escultura de hierro, quizás representando un arado clavado en la tierra, pone un punto de modernidad en el espacio. Es obra de Zacarias Pellicer, del cual conozco una hermosa obra que realizó en madera de boj.
Y aquí, agradecido, me despido de «Gorra», deseándole pronta recuperación.
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Escultura en hierro de Zacarías Pellicer.
La lavadura de mortero cubre gran parte de sus viejas paredes
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Su interior vacío, su puerta tapiada con ladrillos…
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