Pero lo más interesante de estos lugares, considero que son los restos de ese templo que vemos desde la carretera, y para documentarme, recurro al libro «Tauste, agua y vida», donde Jesús Criado Mainar, comentando el «Arte y arquitectura en Tauste», dice:
El convento de frailes franciscanos de San Cristibal se fundó en 1589, pero el único vestigio material del mismo que hoy da fe de su pasada existencia son los restos todavía en pie de su iglesia, de corte clasicista…
No contamos con estudios que ayuden a precisar las circunstancias de su fundación y construcción.Su antiguo retablo mayor fue trasladado en la segunda mitad del siglo XIX a la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, retirándose el lienzo central para acomodar en su plaza un grupo de San Joaquín y la Virgen Niña en sintonía con la advocación de la capilla. A pesar de ésta y otras modificaciones, aún conserva en el ático un relieve con la Visión de San Francisco que certifica su origen; es una máquina de movida arquitectura, con fuerte componente escenográfica, que Belen Boñoqui Larraya ha datado en1770.
Asimismo, considera del mismo retablo, como laterales del mismo, los retablos gemelos de la Comunión de San Buenaventura y el Éxtasis de San Pascual Bailón de la Parroquia de Santa María de Tauste, con las coincidentes fechas de 1770/1775.
Del mencionado convento franciscano, no solo queda la enigmática silueta en lo alto del cerro, como leemos, quedan sus retablos y reliquias bien conservadas, cumpliendo la misión para la que fueron creados.
El Sepulcro. Todos los días, «Zueco» recorre el Parque de las Ermitas.
Ermita de San Antonio
Buenas vistas desde la plana. Al fondo el Moncayo.
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