Es la Tierra,
Minúsculo piñón del juguete de Dios
-donde al hombre instalaron su existencia-
quien clama con febril calentura
por sus tórridas bocas de quebrajas
urgente hidratación.
La imparable metástasis –o, mejor pandemia –
va llagando, infecundos, los agros del planeta
mientras el agua, panacea imprescindible,
escasa y selectiva se repliega.
Asequibles remedios Europa está escrutando
en tanto que el demiurgo caprichoso juega
con las nubes – que ha incrustado en los ojos del humano-.
Quizá al fin solo lluevan lágrimas de impotencia.
Félix Landa O.
FÉLIX LANDA OTAL
13-08-2008
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