El Cuatrón de Farasdués
Distintos momentos en El Cuatrón de Farasdués
Hemos conocido en Aragón TV muchos de sus programas emitidos, sobre las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos, como «Nos vemos en la Plaza mayor», «Raíces vivas», «Fogones…», «El secreto de las Piedras» y otros, que Eugenio Monesma ha realizado con su productora Pyrene; y a través de todos ellos, hemos conocido al hombre apasionado por conocer y dar a conocer, la belleza y grandeza que encierran hasta las pequeñas cosas de nuestro Aragón.
Por temas relacionados con las piedras en esta comarca de Cinco Villas, que he comentado en mi blog, ha querido venir a nuestros pueblos para conocer in situ, algunos de los lugares que yo había visitado, y uno a uno los hemos recorrido, acompañados del oscense Aurelio Bail, el hombre sencillo e inteligente que enseguida capta la edad del lugar visitado, analizando, entre otros, los pequeños fragmentos de cerámicas existentes en sus entornos.
Cierto que para mí, la visita a estos lugares con la compañia de ambos personajes, ha sido beneficiosa para tener claro, el tipo de elemento del que hablamos y el uso funcional que tuvo en su momento de actividad, aunque lamentablemente al comentarlos en mi blog, *recordar* no siempre otorgué la titulación correcta en algunos elementos, guiado por antecesores que les atribuyeron funciones incorrectas.
Uno de los principales lugares, considerados lavaderos y tintado de pieles y lanas, es El Cuatrón de Farasdués.*Ver* Así lo hemos visto nombrado en distintos momentos; pero para Eugenio Monesma y Aurelio, les queda claro, que se trata de unos rupestres lagares donde, en grandes y llanas piedras areniscas se pisaban las uvas que por su pequeña inclinación, llevaban el mosto a las grandes pilas de piedra, que no llevaban salida alguna; sí tenían en el fondo una endidura para recoger todo el líquido de la pila.
-En el siglo primero antes de Cristo ya estaban ocupados estos lugares-, comenta Aurelio ante los restos que encuentra de cerámica campaniense. Y Eugenio considera, que ante las dificultades para llegar el agua a estos lugares, dificilmente pudieron ser lavaderos, además, las pilas solo fueron depósitos sin niguna salida de líquidos. Posiblemente la zona tuvo una gran implantación de viñedos, algo que atestiguan pequeñas viñas, ahora existentes que lindan con este Cuatrón.
Biota, Sádaba y Malpica, fueron poblaciones que también visitamos ese día, pero El Cuatrón de Farasdués era uno de los lugares que más interesaba conocer a Eugenio y es el primero que comento, resaltando, que no pasó desapercibo para estos visitantes, ni la vieja fuente de Farasdués, la fuente alta ni sus restaurados lavaderos.
Eugenio Monesma en la Fuente Vieja de Farasdués.
(Pulsar y ampliar fotos)
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