Profesores, Ana Isabel Serrano*/Roberto Anadón*
ROBERTO ANADÓN MAMÉS*, tenor
Licenciado en Derecho, abogado en ejercicio adscrito al ReICAZ y Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, es profesor del Departamento de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de la Experiencia y de los Cursos Extraordinarios de Verano de la Universidad de Zaragoza, habiendo pertenecido también al Área de Didáctica de la Expresión Musical de la Facultad de Educación en diversas categorías docentes. Como tenor se formó en Milán bajo la guía del maestro italiano Fernando Bandera, resultando ganador de diversos concursos internacionales de canto como el “Monserrat Caballé-Bernabé Martí” en 1993 o las ediciones de 1992 y 1993 del concurso de la Fundaciò Caixa de Catalunya para estudiar con el tenor Jaime Aragall. Ha recibido clases magistrales de Carlo Bergonzi, Franco Corelli y Pedro Lavirgen, actuando en numerosos escenarios europeos con el reconocimiento unánime de la crítica italiana, destacando entre sus interpretaciones los personajes de Canio en Pagliacci, Alvaro en La forza del destino o Calaf en Turandot.
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Cinco años han pasado desde el fallecimiento de Mariano Ibars Araiz, un gran tenor aragonés que tuve la suerte de conocer y charlar con él de su Navardún, donde había nacido. *recordar* Un hombre bueno, sencillo y amable, cuyas dotes líricas nos ha recordado el profesor Roberto Anadón Mamés de la Universidad de la Experiencia en Ejea de los Caballeros, en el Curso sobre «Ópera, opereta y zarzuela en sus épocas de esplendor».
Posteriormente a la clase, hemos tenido ocasión de recordar la figura de aquel tenor y su portentosa voz, que termino sus días en Garrapinillos, y en su iglesia, donde se celebró su entierro con numeroso público, fue Ana Isabel Serrano esposa de Roberto, tambien profesora de Música y Soprano la que realzó la ceremonia con una cálida «Ave María» de Schubert.
El conocimiento de Roberto sobre Mariano Ibars Araiz y su admiración por su lírica a la que había dedicado toda su vida, quedó patente en el OBITUARIO que dedicó en las páginas de Heraldo de Aragón en aquellas fechas de 2012.
Ahora, en este mismo mes de marzo, me place volverlo a recordar con lo escrito por Roberto Anadón Mamés:
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