Cuando nos hablan de nuestras iglesias románicas, construidas en tan lejanos siglos XII y XIII, nos resulta imposible comprender, todas cuantas circunstancias rodearían la ejecución de aquellas obras, que durarían años y años para llevarlas a cabo.
El objetivo, sin duda, estaría claro desde el principio, para ir realizando las ornamentaciones propias, cuando el templo había de ser dedicado a un santo concreto, como, por ejemplo, a San Gil de Arlés en Luna o a San Martín de Tours en la villa de Uncastillo, donde la vida de estos santos, queda reflejada con las representaciones más conocidas de sus actos y sus milagros, en los altos capiteles que sustentan los arcos de sus bóvedas.
En el caso concreto de San Martín, en el capitel del lado norte de la cabecera del templo, nos muestra el pasaje más admirable de su vida, pues aunque llegó a ser obispo de Tours, siendo el más grande evangelizador de Francia, habiendo fundado dos monasterios: Ligugé, el más antiguo de Europa y Marmoutier, que se convertiría en un gran centro de vida espiritual, había sido desde los 15 hasta los 18 años, soldado de la guardia imperial.
Fue en ese periodo de su vida, cuando encontró a un necesitado tiritando de frío y cortó su manto, para que se cubriera con la mitad del mismo.
Cuenta la leyenda, que por la noche, en sueños, vio a Jesús envuelto en la mitad de aquella capa, y le sonreía agradecido.
Ante este capitel, Jesús Zarralanga, el amable y experto guía de la villa de Uncastillo, del que tanto aprendemos día a día, nos va relatando la escena de San Martín de Tours, que aparece a caballo, partiendo su capa con la espada para un mendigo.
San Martín, el caballo, la espada, el manto, el mendigo; -¿Pero no hay algo más en el otro lado, medio oculto?- nos pregunta.
La zona es oscura y muy alta, y aunque la vista no alcanza, la foto de Eduardo Ramón, parece que ha captado la imagen que le faltaba a nuestro querido guía para terminar felizmente, el relato.
Es la imagen de Jesús, que se presentó como un necesitado y aquí aparece cubierto con el medio manto, que le entregó San Martín.
Ojalá que este detalle, sirva para profundizar más sobre el tema, por los especialistas de este hermoso arte del románico.
3 comentarios
La proxima vez que este en San Martin , no perdere la ocasion para visitar tan curioso capitel . Gracias por tan buen detalle .
La proxima vez que este en San Martin , no perdere la ocasion para visitar tan curioso capitel . Gracias por tan buen detalle .
La proxima vez que este en San Martin , no perdere la ocasion para visitar tan curioso capitel . Gracias por tan buen detalle .