Dos cabinas telefónicas de último modelo, sin puertas para entrar en ellas y con un visible tejadillo azul, son las que han quedado en la Avenida Cosculluela y una más del mismo modelo, entre el Ayuntamiento y el Mercado Municipal.
Las hemos tenido de distintos modelos prestando su servicio en las calles y plazas de nuestro pueblo; pero del modelo, totalmente de aluminio, fueron casi una veintena las cabinas telefónicas, que diseminadas por la población, La Llana, Eras Altas, Corona y plazas y calles del centro, fueron cumpliendo su misión de servicio, hasta que el imperio de los teléfonos móviles las ha desplazado, posiblemente para siempre.
Actualmente, solo dos de estas cabinas, a duras penas, con sus cristales rotos y desvencijadas sus puertas, aguantan en el Paseo Fernando el Católico y al comienzo del Paseo del Muro, en un lugar histórico como pionero de otras actividades. Me estoy refiriendo al suministro de gasolina, que en otro momento me sirvió de comentario: *Recordar*
Posiblemente sean los últimos días para estas viejas cabinas de teléfonos, carentes de restauraciones y limpieza, que como todo en la vida, tiene su principio y fin.
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