El agua en Las Cinco Villas
"La Venta de Chela" y "La Poza la Inés".

Sobre un árido secano de los «sasos» de Ejea de los Caballeros, junto a la carretera hacia Sádaba, donde no había ni un árbol, se construyó el nuevo pueblo de *Bardena*, que fue inaugurado hace Cincuenta años; pero en sus inmediaciones, había fuentes que aún siguen manando, aunque ahora no le demos la misma importancia de entonces, al ser transformados aquellos secanos en los regadíos actuales.

A unos dos km. había una zona frondosa, conocida por «La Poza la Inés» y un lugar determinado donde manaba el agua fresca, bien conocida por los labradores de Ejea y de Rivas, que vivieron las escaseces del agua en estas zonas.

Hoy, aproximadamente en el mismo lugar, hay instalado una elevación para regar por aspersión, con los importantes caudales que allí se recogen.

Y más cerca, enfrente de Bardenas, sigue manando la pequeña fuente de la «Venta de Chela«; un lugar lleno de historia en aquellas épocas de carros y diligencias, junto a esa vía de comunicación, que mantiene los grandes chopos que mitigarían calores bajo su sombra, lugar de ajetreo olvidado, donde solo aguantan algunas paredes de piedra arenisca y toscas de mallacán de sus campos.

Y allí mismo, «El Bolaso», una estanca rodeada de verdes pinares, dotada de completas instalaciones para el ocio y la restauración, que en otro momento hablaremos de ello, y que su origen solo fue una estanca endorreica, con ese mismo nombre, proveniente de su antiguo propietario romano, Volasius.

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