Antonio Larraz delante del desaparecido puente del Ferrocarril Sádaba-Gallur.
Han pasado 50 años desde que una gran riada en el Ebro, unió y estrechó los lazos de solidaridad entre dos pueblos, Tauste y Pradilla de Ebro, que permanecía inundado por las aguas del Ebro.
El Blog de Marisancho Menjón, nos trae el recuerdo de aquellos angustiosos días, pero, quiero resaltar, como bien sabe hacerlo ella, la semblanza hacia una persona que recogió con su cámara fotográfica, aquellas situaciones. Copio de su blog «Inde», su escrito y la imagen de aquel intrépido fotógrafo, Antonio Larraz Mayandía.
Han pasado cincuenta años pero jamás lo olvidaremos. Aquella noche de fin de año de 1960, cuando el Ebro se desbordó como nadie lo recordaba, marcó un hito en la vida de dos pueblos. En esas horas de angustia en las que peligraron vidas, casas y haciendas, Tauste y Pradilla se encontraron más unidos que nunca. La fuerza del agua, desatada, anegó los campos e inundó las viviendas, pero las vidas se salvaron. Por encima de la corriente del río fluyó otra de solidaridad, aún más fuerte, que convirtió a dos pueblos vecinos en dos pueblos hermanos.
Nadie borrará de los corazones de nuestros mayores aquellas dramáticas horas, ni los días en que los vecinos de Pradilla de Ebro convivieron con los de Tauste mientras el Ebro iba, poco a poco, calmando su furia. El tiempo no conseguirá desatar aquel lazo que unió a tantas familias en aquellos días, y aquí están estas fotos para comprobarlo: cincuenta años después, esta exposición conmemora un suceso que sigue estando vivo en nuestra memoria y lo traslada a la retina de los más jóvenes.
Esta ocasión quiere ser también un homenaje a la figura de Antonio Larraz, aquel entrañable fotógrafo que captó con su cámara sin descanso, durante aquellos días, las imágenes que dan fe de lo que se vivió y sufrió como consecuencia de aquel desbordamiento extraordinario.
Antonio Larraz Mayandía nació en Gallur en 1918. Agricultor, trabajó también en la Azucarera en su juventud. A través de su relación con los hermanos Cotoré, fotógrafos de esa villa, descubrió el mundo de la fotografía. Se dedicó a ella con ilusión y, establecido ya profesionalmente, aquella afición acabó siendo para él también un medio de vida.
A mediados de los años 50 abrió un estudio y un pequeño laboratorio en Tauste, donde se convirtió en un personaje insustituible: documentó todas las celebraciones familiares y públicas que tuvieron lugar en la época, pero también todos los sucesos y eventos destacables en aquellos años.
Produjo no solo miles de negativos, sino también varias películas de 8 mm que mandaba a revelar a París.
A mediados de los años 60 traslada su residencia a Ejea de los Caballeros, donde se dedicaría ya exclusivamente a la agricultura, abandonando su actividad como fotógrafo. En esta villa falleció el 23 de diciembre del 2009, exactamente un año antes de la inauguración de esta exposición que dedicamos a su memoria.
A comienzos de los años 90, tres amigos, Eva Soro, Joaquín Rayado y Manuel Sánchez, compraron su archivo fotográfico, en riesgo de perderse. De él se han seleccionado las imágenes que integran esta exposición, que dan fe de cómo Larraz vivió intensamente aquellos días, también para él inolvidables.
La Exposición Fotográfica que nos describe Marisancho ha estado en la Casa de Cultura de la villa de Tauste durante estas navidades y, ahora, permanecerá en Pradilla de Ebro hasta el 23 de Enero, y vale la pena visitarla.
Yo conocí el año 1961 a Antonio Larraz, y nuestra familia, guardamos una original fotografía que realizó a nuestro primer hijo, con muy pocos meses. Y si la fotografía le encantaba, captando obras y momentos importantes en la transformación del secano a regadío con el Canal de las Bardenas, su pasión por la fruticultura le impulsó a realizar sus propias plantaciones y asesorar sobre ellas, algo que era nuevo para la mayoría de los agricultores de nuestra zona.
Con este sencillo recuerdo a Antonio Larraz Mayandía, agradezco profundamente a Marisancho sus escritos, y a los amigos que supieron reconocer el valor de lo realizado por Antonio, recuperar sus negativos y mostrarlos en esta magífica exposición sobre la riada del gran río en Pradilla de Ebro.
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