C/ Mediavilla vista por Fernando Ciudad
Se presentó a finales del pasado año, el libro que Manuel Fernandez «Folías», había escrito cargado de fotos y datos de la Calle Mediavilla de Ejea, componiendo bellas músicas para cada una de las muchas tiendas que allí hubo.
En las páginas de Facebook dedicadas a Ejea de los Caballeros, como fotos actuales o históricas, aparecen con frecuencia retazos de esa calle, que indudablemente, como nos comenta «Folías», estuvo llena de tiendas y negocios, que hoy echamos tanto de menos. ¿Nostalgia tal vez?… Vamos a llamarlo Recuerdos. Gratos recuerdos para quien nacimos en ella, y en ella vivimos una feliz infancia que no olvido y felizmente recuerdo, como tuve la suerte de comentar en su Libro.
SEMBLANZA por una calle.
La Calle Mediavilla, es una calle en mi memoria.
-¿Qué significó esta calle para ti? Es la pregunta que me hace Manuel Fernández Salafranca, después de haber recuperado, uno a uno, la vida o existencia de más de un centenar de establecimientos que han perdurado en tan emblemática calle de Ejea de los Caballeros, en la época que me tocó vivir en ella.Nací el año 1933 en el nº 30 de esta calle, cuando debajo existía Casa Bernal, con sus tejidos y ultramarinos, que siendo niño, nos suministraba con la “Cartilla de racionamiento”.
La primera escuela la teníamos muy cerca con las monjas Mercedarias, que en un viejo cuartel tenían el colegio y hospital, más abajo de “Casa de la Galinda”, donde la cabeza disecada de un toro daba respeto o miedo en su entrada.
Las calles preferidas para jugar era barrio Falcón por su tranquilidad y poco transitada, pero bien poblada de niños y juventud.
Las tiendas y locales de todas actividades, como dice “Folias”, estaban todas en ella. Las que más recuerdo, serán las carnicerías, donde por escaseces de suministro, a veces había que hacer cola, y las pescaderías, donde mejor llevar plato para no perder lo comprado envuelto en papel de estraza, al no existir las bolsas de plástico.
Farmacias, en plural, al igual que peluquerías de ambos sexos y barberías no faltaron en ella. Así mismo estaban los zapateros para remendarnos zapatos y sandalias. En nuevos establecimientos aparecieron en sus escaparates novedades de radio y electrónica y en los más antiguos, como Casa Cía, los dulces y turrones nos invitaban a los niños a llegar hasta ellos y a su ventanal redondo.
En una época concreta, a mediados de los cincuenta y parte de los sesenta, al caer la tarde, durante más de dos horas, la calle Mediavilla fue el Paseo preferido por la juventud. Allí cabíamos todos, las chicas de los talleres de corte y confección, las que iban a novenas o rosarios, las que salían a comprar o simplemente a pasear y los jóvenes de toda condición. Aquello era un hormiguero desde el Portal de la Plaza durante toda la semana, ya que los domingos este paseo se trasladaba a Barriogüesca sin que nadie lo dictara.
Momentos y situaciones inolvidables para recordar con tu libro.
Estoy seguro, que a muchos ejeanos como yo, todo cuanto has recopilado en sus páginas, será un retazo de felicidad vivida por ellos, que les encantará recordar.
Agradezco tu pregunta amigo Manuel, deseando que tu trabajo, lleno de sensibilidad y cariño, que te inspira tan bellas melodías para cada rincón de la Calle Mediavilla, sea un merecido éxito, por lo que te felicito. Recordemos su Libro.
José Ramón Gaspar.
Foto de Cherari Andreea
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