Molinos hidráulicos en Cinco Villas
El de Loperena en Uncastillo

Después de visitar el molino de Casa Villa, junto al río Arba en Malpica, intente ir a visitar el de Loperena , que Arba arriba, se encuentra en término de Uncastillo, pero desistí de ello, al ver que tenía que subir por las gravas del río, que es por donde va el camino, y aunque está muy triado por los tractores, ver aflorar y correr el agua por el mismo, me quitó las ganas de continuar y me volví, decidiendo ir a visitarlo en otro momento, pero desde Uncastillo.

Me vienen a la memoria, las dificultades que pasarían aquellos agricultores, en aquellos años de escaseces y racionamientos de los cuarenta, que subían desde Ejea con sus carros cargados con el poco trigo que tenían, para molerlo a escondidas en aquellos molinos, y conseguir tener buen pan para sus familias.
Hoy aquellos viejos molinos, no solo están en desuso; son ruinas olvidadas.

Hoy desde Uncastillo, sabiendo que Pedro Claveras, al que me une buena amistad, es el propietario del Molino de Loperena, he querido notificarle mi decisión de visitar su molino, cosa que no he podido hacer hasta mi vuelta, cuando hemos comentado la situación actual de este lugar cargado de historia, su difícil acceso, lo costoso que es su mantenimiento y la recuperación del mismo.

La verdad es, que no soy entendido en este tipo de maquinaria hidráulica; pero se que este molino se caracterizó por ser más avanzado que otros de la zona, pues con un solo rodete o rodezno que hacía girar el agua, movía dos molinos de piedra, mediante engranajes de hierro, y todo lo necesario para elevar la molienda y cernerla.

El agua procedente del Arba, a más alto nivel, sería depositada en una balsa en la parte superior del molino, donde han quedado semienterradas, dos tajaderas de hierro, como recuerdo de que por allí, pasó el agua.

Allí quedó la maquinaria, en un recinto, que aunque abierto, debe hacerse constar el peligro que se corre al visitarlo, pues suelos, techumbres y escaleras de madera, están en muy mal estado.

Si algún día, la economía de las Instituciones va sobrada, o surge algún romántico que quiere recuperar «La Ruta de los Molinos del Arba de Luesia», desde Fillera en Rivas, los de Biota, Malpica, Uncastillo y Luesia, hay tajo para gastar.
Quiero transcribir aquí, cómo piensan en una zona de Castilla-La Mancha sobre sus Molinos:

Los molinos de rodezno forman parte de un llamativo conjunto patrimonial; la huerta en la que se ubican está construida en bancales y mantiene su tradicional sistema de riego por acequias, está alimentada por la Charca y ésta por el manantial denominado fuente de la Reja, verdaderos símbolos para la localidad. Pero este conjunto no debe quedarse en una mera seña de identidad porque configura un importante depósito de recursos susceptibles de ser utilizados para contribuir al desarrollo de Pegalajar. Y es que este tipo de patrimonio adquiere cada vez mayor interés como recurso turístico. El desarrollo de la sociedad, el crecimiento del nivel cultural y la mayor disposición de tiempo de ocio ha propiciado el interés por el turismo cultural, que busca lugares para conocer y no sólo los que guardan patrimonio monumental, sino también los que mantienen vestigios de otro tipo, como por ejemplo etnológicos. En este marco, cada día es más evidente la necesidad de productos turísticos singulares, que atraigan y compitan con el resto de los productos del mercado. El propio paisaje de la huerta, los molinos y los utillajes, las formas de producción, la fuente de la Reja y la vida que se generó en su entorno, son material suficiente para la creación en torno a los mismos de un producto turístico atractivo, capaz de dinamizar a ésta población situada en las puertas del parque natrural de Sierra Mágina.