En un cruce de caminos….
como en un oasis…
cuida Jesús, su plantación.
Bello y cuidado rincón.
He llegado a la entrada de Valdecarro y justo aquí, donde llegan los tres caminos: el general que viene de Tauste, el de Castejón y el que a mi me trae viniendo de «La Gabardilla», dejan entre ellos, una porción de tierra plantada de varias clases de árboles, almendros, olivos e incluso cerezos, que para evitar que los pájaros se coman los frutos, ha elaborado su propietario, Jesús Cortés (El pedrolero), un auténtico túnel de malla, donde espera le maduren las cerezas.
La verdad que el conjunto, es un oasis enmedio de estos secanos, un lugar que su padre creó y el sigue mejorándolo día a día y riega a goteo, trayendo el agua con depósitos desde la Acequia de Sora, que pasa por el llano, a unos 415 m. de altitud: Aquí son 470 los m. de altitud.
A poca distancia de su complejo, me comenta, existe una cueva donde vivió hasta hace unos años un hombre, un solitario personaje, que no sé si llevaría el mismo nombre que se le da a la cueva: «Del Martujo», y siguiendo las orientaciones de Jesús, me acerco al lugar, que lógicamente está en muy mal estado, aunque sin duda, tuvo buenas condiciones de habitabilidad con distintos departamentos bajo la tierra.
Y con esta visita, que hoy comento, termino lo que me propuse conocer en el Monte Alto de Tauste.
Doy las gracias a Jesús Cortés por su amabilidad en este encuentro, y le deseo siga disfrutando, dedicándole muchas horas a este bello lugar.
La entrada llenas de flores de «matricaria», parecida a la «manzanilla»…
En su interior las volanderas «Sansola Kali» o «capitanas».
Humedad y abandono.
Vuelvo a pasar cerca del Castillo de Sora
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