Hace un tiempo llegó a mis manos este libro de Carlos Ripalda Gabás, que lo dejé sin leer hasta estas fechas de lluvias y vientos, que te animan a quedarte en casa y leerlo con sosiego, consciente de que contenía historias pretéritas de épocas romanas, de árabes que invadieron nuestro territorio y de la creación del reino de Aragón.
Fechas importantes de luchas y acontecimientos eclesiásticos o problemáticas entre obispados de Aragón y Navarra, de los Sitios de Zaragoza por su importante repercusión en la Valdonsella donde se hacen fuertes los aragoneses al mando del navarro Espoz, descrito con interesantes detalles de aquella guerra de la Independencia.
De la llamada Guerra Carlista y las duras afecciones que produjo en los pueblos de la Valdonsella la Guerra Civil. Todo ello expresado, como cuenta su autor – Con la mayor objetividad posible, sin grandes pretensiones y sin intención de herir sensibilidades. Todo lo aquí reflejado, ha sido obtenido de documentación de archivos o libros relacionados con la Valdonsella-
Pero Carlos Ripalda va mucho más alla de la Historia de su pueblo y de la Valdonsella, propiamente dicha; nos habla de sus pueblos, señorios e infanzones, de sus castillos e iglesias y de lugares tan sorprendentes como «La Pesquera», de sus gentes y sus apellidos. Y aquí recibo una agradable sorpresa, que aunque conocía con ambigüedad, necesitaba el refrendo que certifica Carlos Ripalda en su libro: Mi apellido materno, Gaspar, desciende de Navardún, que allí aparece en 1775.
Fue mi bisabuelo Ramón Gaspar, que al casarse en los primeros años de 1900 con Justa Aibar de Biota y tener larga descendencia, multiplicaron este apellido en los pueblos de Biota, Ejea y Rivas y sigue actualizado. En un pasaje del libro, al comienzo de la Guerra de la Independencia, primeros de junio de 1808 en la villa de Sos, capital del corregimiento de las Cinco Villas, se recibe la orden del General Palafox, por la que se decreta la formación de Tercios con voluntarios de la zona. Las compañías se van formando con los voluntarios de los distintos pueblos y analizando sus apellidos, aparece entre otros muchos de la Valdonsella, el Gaspar de Navardún.
Me satisface poder contarlo y agradezco a Carlos Ripalda Gabás, que entre tantos datos, citas y fechas, el apellido Gaspar no se le haya quedado en el tintero.
Te felicito amigo Carlos, por tu magnífico trabajo de investigación y pulcritud al contarlo. ¡Enhorabuena!
Reseña del libro.(Pulsar y agrandar)
El Catrasto de Navardún nos muestra las pocas fincas o sitios a nombre de Jorge Gaspar, (padre de mi bisabuelo), comparado con los 50 edificios que poseía. Sin embargo Thomas Gazpar, que pudo ser su antecesor, tenía más terrenos; pero tal vez este hijo unificó los 226 de su padre en los 87, ya que no habla de superficies.