Museo Aquagraría. Ejea de los Caballeros
Admiro en el Museo Aquagraría la gran cantidad de máquinas antiguas que cumplieron una misión importantisima para la roturación y el cultivo de las tierras, recolección de cosechas, útiles y elementos que facilitaron labores de la agricultura y maquetas, mapas, documentos, información de obras de romanos y árabes en nuestros ríos y bellas fotografias que nos hablan del agua, siempre tan importante y necesaria en nuestra comarca, y que hoy, se presenta como algo que llega con facilidad a nuestros campos para regarlos con aspersión como una bendita lluvia y, a nuestras casas, para todas necesidades domésticas e higiene personal.
Gran maqueta de los regadíos en la comarca.
Pero no siempre fue así. Por eso echo en falta en nuestro Museo, enmarcado como algo histórico, todo aquello que tuvo que ver con el agua, como bien necesario en la vida cotidiana de tantas gentes que encontraron con el Agua su modo de vida: Desde el Aguador que repartía, vendiendo el agua por nuestras calles con un cubo tirado por una caballería a las antiguas fuentes de Bañera y a las que se instalaron a principios del siglo XX en nuestras calles, a los cántaros que la llevaban a las casas, a los lavaderos y abrevaderos, a las lavanderas con sus útiles y la figura del regador que realizaba aquella labor en las viejas huertas con sus polainas y su azada al hombro.
Creo que la historia también se cuenta con todo aquello que desapareció en aras de una vida más placentera.
Así lo entendió Carlos Blazquez Herrero en 2003, que con Javier del Valle, Doctor en Geografía, José Luis Jericó, Licenciado en Historia moderna, Mª Sancho Menjón, Licenciada en Historia del Arte y los fotógrafos de naturaleza Mariano Candial, Javier Ara, Jesús Ángel Jimenénez y Ricardo Villa, llevaron todo aquello relacionado con el Agua, a un libro que su título lo expresa por si mismo: «La huella del Agua en Ejea de los Caballeros», y que hoy, a través de la Fundación Juanelo Turriano, podemos conocer todo su contenido en Internet. Gracias por ello.
Ver aquí este libro *Ir a pantalla completa*
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