Me encontré en la calle con Moisés, otras veces habíamos hablado en Facemón, junto a su viña, y al preguntarle por la actividad de «Colchonero» que lo hizo más conocido y si tenía fotos de ello, me cuenta que ya no la ejerce y solo guarda las fotos de un fiesta sobre tradiciones que se celebró en Ejea.
Moisés Sanz Lizaldez, lleva sesenta años viviendo en Ejea de los Caballeros aunque naciera en Farasdués, hoy barrio ejeano, y que entonces era municipio independiente, ha dedicado toda su vida a la agricultura; su viña y su huerta con sus edificaciones, siguen siendo visitadas y cuidadas por él, mejorando todo cuanto alberga esos entornos.
Pero Moisés, añadió desde muy joven a su vida, una actividad muy poco reconocida (aunque fuera primordial para dormir bien), por la cual se le conoció más que por su apellido, por los sobrenombres de: «Vareador» y «Colchonero»
Varear las lanas de los colchones era una labor, que en muchas casas, se realizaba una vez al año para ventilar y ahuecar la lana del colchón que terminaba apelmazado, para lo cual había que descoserlo, lavar sus telas donde se mete la lana y con unas varas, generalmente de tamariz o mejor de griñonera, (Arándano, endrino) que no se agarra la lana en su piel, se golpeaban ahuecándolas para luego volverlo a coser.
Algunas familias, realizaban estas labores ellos mismos; pero en la villa ejeana, había cuatro o cinco vareadores: «Urbón», «Morón», «Mallao», «Ferrandez» y otros, que se desplazaban a las casas a realizar esa función en los patios, cocheras, e incluso en las calles o plazoletas, que luego, unas mujeres terminaban cosiendo el colchón, que con habilidad y destreza, igual que cosían colchas con lanas, cosían los colchones de forma tradicional y a «la inglesa «, (con un borde en todo su contorno que lo hacía de ángulos más vivos).
Pero esta última función del cosido, también Moisés la realizaba tras el vareado de la lana, y de las mismas modalidades que lo hacían las mujeres, acuñando por ello, también el nombre de el «Colchonero».
Hace unos años, concretamente en las Fiestas de San Juan de 1997, el Centro de Estudios de las Cinco Villas, organizó una hermosa fiesta para rescatar del olvido, oficios y tradiciones que permanecieron en nuestros pueblos, y todo, bajo un nombre muy sugerente: «EJEA EN LA MEMORIA Oficios y Tradiciones del 1900».
Quince oficios estaban representados y realizando sus propias labores, y de ellos, diez estaban extinguidos, como: Boticario, Vareador, Herrador, Esquilador, Guarnicionero, Cañicero, Sillero, Abarquero, Soguero y Mallero.
Y allí estaba Moisés, con sus varas largas, entre lanas y cosiendo colchones, como muestran las fotos que adjunto de aquel momento, rodeado de niños y mayores que seguían con atención su trabajo.
Un trabajo, que los modernos colchones de muelles y látex, han dejado marginado como a la lana de las ovejas.
Hoy Moisés, el último vareador de Ejea de los Caballeros, conserva sus varas, pero hace diez años que no producen aquel chasquido rápido, azotando a la lana para se ahuecara. Guarda sus recuerdos, que no son pocos y a su agradable conversación no le faltan temas.
Amigo Moisés, gracias por tu atención y te deseo guardes tu buena salud, por muchos años.
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Admiro y recuerdo: Aquellos colchones floreados de lana…
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