Escudo en la Casa de los Bentura en Longás
Benjamín Bentura Remacha*
Ver reseña del autor en FIRMA INVITADA.
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Como en un cuidado libro, desde 2010, Benjamín Bentura Remacha, escribe y guarda sus escritos sobre la história de su familia, como si su abuelo materno, D. Pedro Remacha Pérez, quien fuera Notario en esta villa de Ejea de los Caballeros durante muchos años del siglo XX, le encomendara esta admirable misión de guardar escrito aquello que quiere perdure en el tiempo.
Por diversas razones, llegaron a mi blog algunos de sus relatos históricos para la sección de FIRMA INVITADA. Posteriormente, tres escritos relacionados con personas que estuvieron dedicadas a la Sanidad en Ejea, *recordar primero* y apartir de hoy, inéditos RELATOS irán apareciendo paulatinamente en mi blog. Espero sean presentados con la pulcritud que su autor merece y resulten interesantes a cuantos los lean.
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BENTURA CON B
Historia-recuerdo de una familia fundamentalmente aragonesa.
He empezado a escribir en el mes de mayo del año 2010, ya con 78 años de edad. Creo que tengo amplia perspectiva y algo de memoria para transmitir a mis hijos y nietos mis conocimientos; ahora solo tengo uno, nietos, se entiende, Diego, pero para finales de agosto, allá por San Agustín, sesenta y tres aniversario de la muerte de Manuel Rodríguez “Manolete”, esperamos la llegada de una nieta que se va a llamar Blanca. Para Diego y Blanca, para Benjamín y Elena, espero, Ignacio y Ana va dirigido este esfuerzo de poner en orden la historia del apellido Bentura en base a los documentos que he podido consultar y los recuerdos que se amontonan en mi ya fatigada memoria. También para mis hermanas y sus descendientes y para mis primos hermanos que eran bastantes y, poco a poco, se van diluyendo sin más continuidad inmediata que la de mis nietos y la hija de mi sobrino Benjamín Bentura Almanzor, de Tauste. A su tiempo hablaremos de estas últimas generaciones. Si cometo alguna irregularidad, si velo algún recuerdo, confío, Diego y Blanca, que lo disimuléis. Preguntar a vuestro padre o tío, ir al Archivo de la Iglesia de Ejea de los Caballeros o visitáis Longás, merece la pena, que es donde empieza mi relato. Lo de con B no necesito explicarlo porque es algo que va implícito a nuestra identidad: siempre, ante cualquier identificación, he tenido que repetir lo de “Bentura con B”, y hasta el ordenador pretende corregirme cada vez que escribo mi apellido, vuestro apellido. Lo mismo os habrá pasado a vosotros. Es una cruz que se soporta con cierta dosis de orgullo. Muchas explicaciones os darán a lo largo de vuestra vida: que los apellidos no tienen ortografía, que los antiguos escribientes no la tenían en cuenta o que en el aragonés del siglo XV, en el que encuentro nuestro primer antecedente escrito, se tendía a convertir la V en B. Elegir la explicación que más os guste, pero yo creo que cinco siglos de vigencia nos dan argumentos suficientes: Bentura con B. Hoy, junio de 2015, tenemos un heredero más, Benjamín V, de Benjamín y Elena,y un proyecto para octubre, una hija de ellos mismos. Son nuestra gran ilusión de supervivencia del apellido.
PRIMEROS APUNTES
Han pasado varios meses, estamos en septiembre, Blanca nació el 31 de agosto, yo he cumplido los 79 años y he escrito unas cuantas cosas para revistas y otras publicaciones y, en la serenidad del nuevo otoño, retomo mi examen de la familia Bentura. Decía que la historia empieza en el siglo XV en el lugar de Longás, junto a la Sierra de Santo Domingo, en el nacimiento de río Onsella. Allí, en la profundidad verde y rocosa, entre Lobera de Onsella y el puerto de Santa Bárbara, había dos casas a nombre de dos Benturas y ya en el Libro de Privilegios de nuestra familia de 1630 se cuentan esos antecedentes para justificar la realidad de esos Privilegios de Infanzonía e Hidalguía. Intentaré poner orden en este vetusto y amplio árbol. Al fuego, hogar o casa se llamaba en 1495 fogaje y los Bentura eran Pedro, al que titulaban de “hombre bueno”, y Sancho, no sé si “buenísimo” o regular, nunca malo, tampoco puedo aclarar si eran padre e hijo, hermanos, primos o tenían cualquier otro lazo familiar. Por otro lado, en ese lugar de Longás que confrontaba con las villas de Berdún y Lobera y las pardinas de Nofuentes, San Esteban y Lucientes, el antiguo casal (cassal) de don Jaime de Luna, señor que decía ser de Illueca y de la puente de la ciudad de Zaragoza, pasó a ser casal y palacio de Valentín (con B en algunos documentos) Bentura, luego de Miguel de Bentura y, finalmente, de Isabel Bentura, que casó con Juan de Alastué. Estaba la casa en la calle del Pozuelo y confrontaba con la casa y edificios de Pedro Majones. Hoy es la de la calle Chinela, antes barranco, desde la iglesia al puente, número 12 y tiene una extensión de más de mil trescientos metros cuadrados.
Notorios infanzones e hijodalgos, con casal conocido y de sangre y naturaleza acreditada, gozaban de los privilegios y libertades que los hijodalgos del dicho lugar han acostumbrado y acostumbran gozar. Pero don Jaime de Luna tuvo sus diferencias con don Juan de Bentura Escuder sobre si era infanzón o vasallo y se sometieron al juicio de don Fortuño de Casanova, alcaide de Arándiga, quién, oídos y vistos los derechos de las partes, declaró que el dicho Juan era infanzón e hijodalgo y que así no le debía dar y pagar cosa alguna a don Jaime de Luna. La Reina Doña María (Mariana, si era Felipe IV el reinante en España por aquel entonces), como lugarteniente del Serenísimo Rey, su marido, confirmó lo dicho en el mes de mayo de 1442 y como el propio Juan de Bentura Escuder, siendo señor del citado casal, había recurrido a la Justicia de Aragón para que refrendara su infanzonía, a lo que se opuso el procurador del señor de Luna.
R.H.1/Noviembre/2016.
Continuarán.
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