Imagen anterior de la fachada norte
Ahora, limpia de añadidos…
… a falta de últimos detalles en la entrada.
Espléndida queda la Portada norte. ( Conocer los detalles de la mano de A.García Omedes)
Menos de un año, ha permanecido oculta bajo un andamiaje la fachada norte de nuestro templo románico, para ofrecernos ahora una nueva imagen de esta fachada, eliminando «el portegau» o cobertizo que cubría la portada principal de esta iglesia.
Muy mal debieron ver en su día esa magnífica portada para cubrirla de aquel modo, pero poco evitó su deterioro, solo un capitel está intacto, ya que la arenisca de sus piedras ha seguido siendo muy afectada por la humedad, perdiendo sus imágenes no solo la policromía original, sino también muchas de sus formas, aunque posiblemente fuera construido, más para evitar las inclemencias del tiempo en el acceso al templo y realizar en este lugar algunas de las ceremonias religiosas, por ejemplo en los entierros, pues recuerdo que era allí donde se despedía al féretro, poniendo sobre él un poco de tierra con una azadica, que había sido recogida en los jardines de la plaza.
En anterior restauración, a partir de 1979, se eliminó la casa del párroco que estaba adosada al templo por la calle Mediavilla, incluyendo el Ábside, como anteriormente se alivió al Torreón del sureste, de la casa del sacristán y de los locales que albergaban la carpintería de los Hnos López o «Miguelicos», también conocidos por «Los campaneros».
Hoy tenemos un templo totalmente aislado, que como todo conjunto Monumental-Histórico, necesitará un constante trabajo de mantenimientos y mejoras.
Los costos de este restauración, ha repartir entre la Diputación Provincial de Zaragoza, la Iglesia y el Ayuntamiento, quedó especificada en anterior Post, que puede recordar *aquí*
Felicitémonos, como decimos en otra ocasiones, por esta realidad que mejora nuestro Patrimonio Artístico-Cultural.
El antiguo «Portegau», ya desaparecido
Aquí estaba todo, la casa del sacristán, carpintería de «Miguelico» que también era «Funeraria López», los corrales y hasta ropa tendida en casa del cura.
La Fotografía de Mariano García Bericat «El Ram», nos muestra la antigua puerta, más amplia que la nueva. Aquí, despues de perder el arco bajo el tímpano, no hemos ganado nada.
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