Pronto los vigorosos pámpanos crecerán y ocultarán el viejo reloj de sol, en la casa de La Cierra.
Desde muy niño conocía la existencia de un Reloj solar, incrustado en una de las paredes de la casa solariega de «La Cierra», sin darle más importancia de la que podían darle las familias que allí vivían, sin considerar precisa su función alla en la altura. Sin embargo, más importancia se le daban a las sombras de las esquinas de la casa y a los árboles, para orientarse respecto a la hora que podía ser.
En el mismo lugar de siempre, en la esquina más meridional de este antiguo edificio, Casa vivienda del «Caserío de La Cierra», finca agrícola cercana a Rivas, donde han vivído distintas familias de agricultores en el transcurso de los tiempos, existe un antiguo reloj solar de los llamados de camiseta, que como todos los años en primavera, pronto quedará oculto por los vigorosos sarmientos de las parras que suben desde el suelo.
He leído que son muy pocos los existentes en Aragón de este modelo, y aunque poco accesible para fotografiarlo, no dudé en aquel momento, en llevarme en la cámara, un recuerdo de él.
Un buen amigo mío, que ha investigado este tipo de relojes por diversos puntos de la geografía española, explica que son muy escasos y precisa que Aragón es el lugar donde más se han localizado, puesto que hay 9 que se suman a los 3 contabilizados en Navarra y uno más en La Rioja, aunque matiza que seguramente antiguamente existieron otros más, que hoy no se conservan.
La hora la marca la sombra de la arista sobre unas rayas que son las que reflejan las horas desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, según describe Lavilla, quien añade que el vaciado del semicilindro que da al este marca desde las 6 a las 12 del mediodía, mientras que el del oeste va desde el mediodía a las 6 de la tarde. El vaciado del semicilindro que da al sur marca las doce horas, de 6 a 6. Para ello debían de tener una orientación específica y una inclinación determinada y “siempre están orientados al sur del sol”, apostilla. (Diario de Teruel)
Nuestra visitas por iglesias y ermitas u otras edificaciones antiguas, nos han llevado a conocer distintos tipos de relojes solares, que en la época que fueron construidos, indudablemente eran precisos, si querían conocer la hora. Así pués, fui trayendo a mi página, acompañando a los de las Iglesias que hay que darles cuerda con una manivela y hacen andar con unas pesas y a los que han que han dejado sus marcas en la piedra, siendo el sol quien hace cumplir el objetivo final.
No creo oportuno, además de este de «La Cierra», significar solamente los que he visitado en nuestra comarca, y como hay quien conoce todos los existentes, les invito a recordarlos con la ayuda de Pedro Novella: AQUÍ.
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