Aunque sí estuve en la presentación del Libro «Valpalmas» y lo guardo, dedicado con la firma de su autor D. Antonio Beltrán Martínez; lo tengo incluido en el apartado de Bibliografía de la comarca y hablo de él en el texto dedicado a la población de Valpalmas, nunca he comentado su contenido, porque en el momento de su presentación, aún no tenía esta página de internet.
Esto va por ti, amigo Francisco, que echas en falta en mi blog información sobre el mencionado libro y, lo lamento. Por esto, creo oportuno dedicar este post para hablar del libro, que D. Antonio Beltrán Martínez escribió con todo cariño a este pueblo.
Teniendo en cuenta sus conocimientos sobre Arqueología e Historia Antigua, supongo que los hallazgos de estelas funerarias, entre las que cabe destacar la encontrada por el vecino de Valpalmas, D. Antonio Pérez Labarta y conocida por la «Estela de la Tiñica del Royo», expuesta en el Museo Provincial de Zaragoza y , ahora, adoptada como logotipo de la Comarca de las Cinco Villas, animaron a D. Antonio, a conocer en profundidad la villa de Valpalmas, sus datos y estadísticas desde que fuera aldea de Luna, dentro de la provincia de Zaragoza, su Prehistoria y Edad de Bronce, su época prerromana y romana y su historia medieval y moderna, con apuntes del Diccionario Geográfico de Pascual Madoz.
Ha insertado, con acierto, como historia reciente, a Santiago Ramón y Cajal y su niñez en Valpalmas, que el mismo sabio y Premio Nobel, relató en sus escritos, ya que
D. Justo Ramón, padre de Santiago, fue nombrado cirujano del pueblo de Valpalmas y permaneció aquí desde 1856 (capitulaciones del 6 de octubre según el libro de actas) hasta 1860, ambos inclusive.
Tiene en cuenta sus tradiciones y costumbres e importantes Pleitos de términos. Describe cocina, juegos, lugares y paisajes. Pero, al igual que para tratar temas específicos de la antigüedad, es Francisco Beltrán Lloris, Catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza, quien lo hace en este libro, para hablar de Los Aguarales, escribe Francisco Pellicer Corellano, del Dpto. Geografía y Ordenación del Territorio, Universidad de Zaragoza, y de su artículo extraigo lo siguiente:
Las llamativas laderas descarnadas y abruptas de los Aguarales y sus formas menores de modelado- picoteado de la superficie, mogotes cónicos, conductos y pequeñas galerías- son el resultado de la acción erosiva de las aguas superficiales de lluvia sobre unos materiales poco resistentes.
../En definitiva, las formas en apariencia caprichosas de la naturaleza son en realidad el resultado de procesos físicos, rigurosamente ligados a las fuerzas y leyes de la hidrodinámica (movimiento del agua activado por la fuerza de gravedad) que actúan sobre acumulaciones de sedimentos terrosos. La percusión de las gotas de agua sobre la tierra mojada produce pequeños cráteres en la superficie que, al secarse, ofrecen una textura rugosa. …/ Aguarales son pues la expresión de los agentes erosivos, especialmente los relacionados con el agua precipitada en las tormentas estivales en medios semiáridos y los flujos superficial y subsuperficial de la misma sobre materiales poco resistentes.
El Aguaral es un paisaje curioso y expresivo que permite combinar el disfrute de la vista y el aprendizaje de una bonita lección de Geografía.
Creo amigo, que con lo expuesto, te darán ganas de adquirir ese pequeño libro, que sus 105 páginas, escribió con verdadero cariño D. Antonio Beltrán Martínez y está a la venta en el Ayuntamiento de Valpalmas.
Fotos de Antonio Sanchez Viñeque incluidas en el libro
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