Angel Guinda
Por dos días consecutivos han escrito en Heraldo de Aragón sobre Ángel Guinda, y me mueve el interés de hacerlo yo desde mi blog, pues aunque no nació en las Cinco Villas, que es de lo que escribo, su estancia como joven maestro en la villa de Luesia, le dejó un poso de afecto hacia este lugar que lo manifestó en muchas ocasiones, una de ellas fue en 1977, cuando llevó el nombre de «Puyal», de profundas raíces con Luesia, para la colección de libros de Poesía que él fundó.
Su vida y su poética podemos extraerlas de una selección de sus aforismos referidos al poeta y a la poesía: «La muerte de mi madre es la madre de mi vida, muerta», «Ser poeta no es una profesión. Ser poeta es una posesión», «Escribir como se vive», «Escribir como se es», «La poesía es palabra de música», «La poesía es palabra sin apenas palabras», «Poesía: conciencia con ciencia». En 1977 fundó la colección Puyal de libros de poesía, y en 1988 la revista Malvís.
Su trayectoria poética es muy extensa. Ha ganado importantes premios literarios, entre ellos, muy conocido, el Premio Saputo de las Letras Aragonesas por «Biografía de la muerte”, el año 2002.
Fue coautor en la composición del Himno de Aragón con los poetas aragoneses: Ildefonso Manuel Gil, Rosendo Tello y Manuel Vilas, siendo la música creada por el también compositor aragonés, Antón García Abril.
Gran número de sus obras, han sido traducidas a distintos idiomas y en el blog de Antón Castro, el nombre de Ángel Guinda, aparece con asiduidad, desde donde copio unos poemas que el autor leyó en el Monasterio de Veruela, cerca de La Casa del Poeta, fundada por la Asociación Cultural Olifante, con la colaboración del Gobierno de Aragón y del Proyecto europeo Leader. Casa que él inauguró con su estancia en ella, en el pueblo de Trasmoz al pie del Moncayo, lugar inmortalizado por Gustavo Adolfo Bécquer con sus «Cartas desde mi celda.»
Con mi admiración manifiesta, copio aquí los Poemas mencionados de Ángel Guinda:
NO
Soy un claro interior, el porvenir
de una puerta que siempre está atrancada.
La trampa de vivir y ver morir.
Contra la destrucción de la conciencia
bramo, reviento, clavo en Dios los codos.
Soy un zarpazo roto de paciencia.
Una luz que, arañando los escombros,
borra la niebla y sigue hacia adelante.
Un hombre con la sombra hasta los hombros.
Como hambre y bebo sed con todos
los condenados a escarbar la nada.
Esto no es un poema, es un desplante.
Profundamente grito un no rotundo.
Yo no quiero vivir en este mundo.
CAJAS
Lo diría una indígena y tendría razón.
“Ustedes tienen la vida organizada en cajas.
Nacen y les dejan en una cajita,
su casa es una caja, y las habitaciones
son cajas más pequeñas.
Suben a la casa en una caja,
bajan a la calle en una caja.
Viajan en una caja.
Duermen y hacen el amor sobre una caja.
A través de una caja ven el mundo.
Cambian de casa: lo meten todo en cajas.
Y cuando mueren
les introducen también en una caja.
Los Bancos y las Cajas tienen caja,
los establecimientos tienen y hacen caja.”Todo está hecho para que encajemos.Nos encajan la vida.Algunos no encajamos, y nos desencajamos.
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