La alta arboleda detecta a Bayas en la extensa huerta de Ejea
Antiguos edificios maltratados -N 42°9’15,053″ W 1°9’35,649″-
Desapareció el merendero y sus pérgolas…
La fuente de San Juan que embelleció Daniel Diego Madrazo
Recopilando las numerosas ermitas existentes en nuestra comarca de Cinco Villas, muchas de las cuales están en deplorable estado, encontramos importantes datos de las muchas que han desaparecido, bien por la acción del tiempo y por la falta de atenciones hacia ellas, a pesar de que los lugares donde estuvieron establecidas, siguen manteniendo el nombre que éstas Ermitas transfirieron a su entorno, como ejemplo: Santa Anastasia, donde surgió un nuevo pueblo, San Bartolomé, donde hoy lleva su nombre un pantano, o Santa Margarita que dió nombre al Portillo entre La Nasa y La Punta del Alba, mugando con Navarra.
En fechas pasadas comenté los restos del poblado de Pilue, y fue el mismo Labaña quien comentó este lugar un 13 de noviembre de 1610, diciendo que «es una iglesia y fue lugar de cien vecinos». Asimismo tuvo en cuenta a Bayas desde el Torreón de la Reina de Ejea, «De N a O: 3º. Media legua. Casa con iglesia de Baltasar de Mur».
Si desde chico he visitado ese lugar muchas veces, desde hace un tiempo he querido encontrar en él, aquel sosiego y tranquilidad con sus aguas manando en su fuente y aquella frondosidad entre grandes árboles, que motivaron fueran considerados, Árboles singulares, algunos de sus plataneros.
He vuelto de nuevo a Bayas; cada vez más deteriorado en su conjunto. La mayoría de las visitas que recibe con más instinto de estropearlo todo, porque en la fuente, aunque el agua sigue manando sin tener en cuenta los daños que recibe, es lamentable que hasta la imagen de San Juan Bautista haya desaparecido.
Por la entrada de la casa con una buenas jambas y un dintel de piedra bien picada en su puerta y por el suelo de grandes piedras que mantiene el patio, tuvo que ser un edificio importante. Recuerdo que dos grandes losas de casi dos metros de largas, hacían de bancos en el exterior a ambos lados de la puerta, que ya no están, porque alguien les buscó otro destino.
A la vista de los edificios existentes y su entorno, no adivino a situar donde estuvo la iglesia o ermita que nos comentó Labaña en 1610, y seguro que existió.
Sin comentarios