Piedra con inscripción romana.
Siempre hemos conocido que una de las piedras que se colocaron sobre el arco del puente que cruza el pequeño barranco, junto a la Fuente Vieja o la de Las Escaleras de Asín, tenía una inscripción romana, que ya Pascual Madoz, conociéndola en otro lugar, resaltó en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España 1845-1850. Ver su escrito:
En mi libro Cruces, cruceros y peirones…, localizando las cruces que se mantienen y las que existieron en nuestra comarca, me llevó a la villa de Asín, donde además de la Cruz de la Virgen del Campo, la Cruceta y la Cruz de Bartolo, hubo otra en el paraje de la Era de la Santa Cruz y, amparándome en lo escrito por Madoz, escribía después de insertar fotografía del lugar:
Cruz de la Era de la Santa Cruz. Vista desde lado noreste.
(42º17’10’’N– 1º02’47’’
Estuvo enclavada sobre un promontorio próximo a la población, que por su parte sur es un inaccesible peñasco, conocido con el nombre de Santa Cruz.
Pascual Madoz en su Diccionario reseña que: “Se ven las ruinas de una ermita que estuvo dedicada á San Román, de la que solo se conserva un arco. Como a 350 pasos en una pequeña altura, las de otra que se tituló de Santa Cruz, de la que solo ha quedado un pedazo de la pared en que estaba el altar, en la que hay una piedra con un epitafio muy gastado, pero del que se leen las palabras: Sempronius Flaccus”.Nada queda, desgraciadamente, de aquellas ermitas ni tampoco se conserva la pequeña cruz de piedra en este montículo. Desconocemos si estuvo asentada sobre algún fuste o basa, pero la historia oral de algunos vecinos de Asín, recuerdan que desde ese lugar, que en parte estuvo empedrado su suelo, se bendecían los términos el día de romería a la Virgen del Campo.
Lo que si se conserva, es la mencionada piedra con su inscripción romana, sobre la arcada de un puente existente en la Fuente vieja, que fue reconstruido en 1925.
Hoy he visitado el lugar, la pequeña fuente con un lánguido chorro de agua en ese plácido rincón junto al remozado puente, enriquecido con piedras procedentes de la Era de la Santa Cruz, quedado nuevamente dudoso del significado del texto de la piedra romana.
Sin pensarlo más, me dirijo a quien puede descifrárme ese texto, Ángel Jordan Lorenzo, destacado epigrafista y bien conocido en nuestros pueblos y yacimientos romanos.
Poco ha tardado Ángel en responder a mi solicitud, y es tan precisa su respuesta que no dudo en traer a mi blog su atento escrito:
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