En el Blog de la villa de Urriés, escribe hoy Lorien La Hoz, un artículo que bien merece una reflexión. Nos habla de las pinturas murales góticas que existieron en su iglesia parroquial de San Esteban, descubiertas en 1962 por su párroco, que desconozco si sería mosén Jesús Aurizenea Garifalelaya, que sí lo fue en aquellas fechas en el vecino Navardún.
Lo cuenta así, tras mostrar la foto: Pinturas murales del ábside de la Iglesia románica de San Esteban.
Fotografía de 1962 de Arch. J. E. Uranga
Al llevar a cabo por el Sr. Cura Párroco del pueblo, obras de restauración
de la iglesia, se procedió a desmontar el retablo y detrás de él apareció un conjunto de pinturas murales, resto de lo que fue la primitiva decoración del ábside.
Las pinturas se arrancaron y se trasladaron al Museo Diocesano de Jaca.
Con el arranque de las pinturas murales, el ábside de la iglesia quedó descontextualizado. En el Museo Diocesano de Jaca, por problemas de espacio, tampoco se expone todo el conjunto de las pinturas. Quizá sería, buena ocasión, en éstos tiempos, que estas pinturas volvieran a su lugar de origen con su debida protección y mantenimiento. También sería un buen reclamo turístico para el pueblo. Quizá contribuirian a evitar su constante despoblación. Y nos aconseja descargar y conocer las 16 fotografias originales y el trabajo bien documentado y esplícito de José E. Uranga Pinturasmuralesurries(1)
En otros momentos y en este mismo blog se ha suscitado esta misma temática, sobre las pinturas murales que embellecieron nuestras iglesias románicas, como en Bagüés, uniéndome a la opinión de Lorien, coincidente con la opinión de imparciales expertos, de que al estar restaurado dichos templos, esas pinturas deben volver a su lugar de origen, como se exige en otros casos: “Ayudarían a potenciar una comarca y unos pueblos no demasiado sobrados de alicientes ni recursos”.
Sabemos que recientemente en Bagüés, se han celebrado cursos de pintura mural para dotar al templo de lo que se arrancó para trasladarlo al Museo Diocesano de Jaca que ha quedado precioso, aunque debemos tener claro, que: No se debe vestir a un santo desnudando a otro, o menos, despojarlo de su vestimenta para guardarla en el armario.
Ver las pinturas de Bagüés:
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