Cuando en este año 2009 llegó la Primavera,»Cuando las horas del día se igualan a las de la noche y la temperatura invita a disfrutar de un atardecer lleno de imágenes, letras y notas musicales», a Farasdués llegó EquiArt, *recordar* el primer certamen de creación joven que llenó sus calles y plazas, y algunos edificios históricos, de música, poesía y bellas pinturas. Algo que Farasdués nunca había palpado tan de cerca.
Ayer, cuando el otoño ha hecho de nuevo su aparición, Farasdués ha quedado sin el bullicio de las gentes que en él viven todo el verano y, acompañado por José Francisco Melero, tuve ocasión de visitar pausadamente su hermosa casona aragonesa , donde su constante trabajo durante varios años, sacando la piedra bajo las lavaduras de morteros y yesos, y puliendo puertas y maderos ha conseguido recuperar todo el encanto que tiene uno de estos edificios cargado de historia.
Cada uno de los pasos que ha dado para su restauración, en patio, bodega, escaleras o salones, ha sido pensado y realizado con los criterios de respetar ante todo su primitiva imagen, al igual que sus puertas y muebles que se muestran tal como fueron, exentos de pinturas.
En la fiesta que comento de EquiArt, la bodega de José Francisco, estuvo al servicio de varias actividades; hoy, solo ambos disfrutamos de este acogedor lugar, y brindamos porque de esta magnífica casa, muy pronto termine su restauración felizmente.
Visitando de Farasdués…
Casonas bien cuidadas.
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